Conoce la Verdad
En algunos sistemas de creencias espirituales se habla con frecuencia del yo superior. Describe un ser eterno, omnipotente, consciente e inteligente que es el verdadero yo de uno mismo1.
Para que se entienda con claridad, el alma es el espíritu que desciende y ocupa el cuerpo físico. El Yo Superior es la parte divina del alma. El Yo Superior está unido al alma por la chispa divina. El alma está unido al cuerpo material por un fluido que la envuelve que se llama periespíritu.
Tu Yo Superior es el que te conoce, es la verdad, sabe tu verdad. Es perfecto, siempre ha sido perfecto, es inmortal, indivisible, es amor, inteligencia y sabiduría.
Tú no eres Dios, de la misma manera qué una gota de agua no es el mar. Pero en su interior esa gota de agua contiene la esencia de todo lo que es y representa el mar.
Tu Yo Superior es la armonía perfecta. Y todo aquello que representes en tu realidad que no vibre con esa armonía perfecta, nada tiene que ver con tu Yo Superior.
Jesús dijo: “conoced la Verdad y ella os hará libres”. La Verdad es la Armonía Perfecta que representa el alma, todas sus virtudes. Todo lo opuesto no es real, es mentira porque se opone a la Verdad.
Si te encuentras mal o afligido por las circunstancias que te envuelven, son creaciones derivadas de creencias erróneas y se alejan de la Armonía Perfecta y por reflejo, como ya se explicó en el principio del mentalismo, lo estás lanzando hacia fuera.
El tratamiento metafísico para cambiar creencias limitantes
Primeramente debes reflexionar y entender lo anteriormente expuesto. Una vez que has comprendido que toda miseria que te acontezca se opone a la Verdad y a la Armonía Perfecta del Alma, entonces debes decir “No lo acepto”. Dilo suavemente pero con firmeza. Seguidamente dices: “Declaro que la Verdad de este problema es (armonía, amor, inteligencia, justicia, abundancia, vida, salud, etc. cualquiera que sea lo opuesto a la condición negativa que experimentas en tu presente.) Gracias Padre que me has oído.
Debes tener claro, que es necesario mantener la actitud que se ha declarado. Si por un momento dudas acerca de la eficacia del tratamiento o de la veracidad de lo que expresas, se anula el tratamiento. Tampoco se puede repetir lo mismo que se declaró porque se anula igualmente el tratamiento. Es como si desconfiaras y esa desconfianza rompe el decreto.
El propósito de esta acción es romper con todas las creencias limitantes que alojas en tu subconsciente transformando los patrones mentales. Es una renovación de uno mismo que se alcanza cambiando cada creencia antigua según se vaya presentando, para ir acorde a la verdad.
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Cuando algunas creencias limitantes están demasiado arraigadas en uno, se llaman cristalizaciones y para erradicarlas el trabajo ha de ser más profundo y perseverante. Pero en esencia, cada vez que “niegues”, y cada vez que “afirmes” con cada una, se irá borrando el diseño original hasta que desaparezca por completo y no quede otra cosa que la Verdad.
Lo que tu ves como un defecto en ti, no es un defecto es una “apariencia” de defecto. Los defectos físicos o morales son transitorios porque al conocer la Verdad de tu Yo Superior, hecho a imagen y semejanza de Dios, comienzan a borrarse las imperfecciones que estás mostrándole al mundo.
Cuanto más practiques, más se realiza y más feliz serás.